Por motivos de convalidaciones y cambios en las asignaturas, me tocó, como no podía ser de otra manera estudiar en Navidad (llevo 5 años haciéndolo). Los exámenes, por suerte fueron bien y gracias a ello ahora tan sólo me quedan un par de trámites (el proyecto entre ellos) para que me den el maldito título.
Aitor me ayudo a partir COCOs (con un 5.00)
Entre examen y examen tuve tiempo para hacer una escapada a Córdoba, para coger fuerzas. Éra la primera vez que visitaba la que un día fue capital del Califato Omeya, época durante la cual fué la ciudad más grande del mundo con más de medio millón de habitantes (más que los que tiene ahora). Y tengo que decir que para nada esperaba encontrarme lo que ví.
Es una ciudad que tiene por casco antiguo un 'mix' de las tres culturas que dejaron huella en la península: Cristiana, Judía y Musulmana. La prueba más palpable de esto que hablo es la famosa mezquita de la que (perdonarme la ignorancia) desconocía que fuera una catedral construida en medio (que no encima) de una mezquita, y éste espectáculo, emplazado en el barrio llamado 'la Judería'.
La Mezquita vista desde la Juderia
La aberración de construir una catedral dentro de una mezquita ha hecho que parte de ésta, sus patios, y las famosas columnas se hayan conservado hasta nuestros días. De otra manera, tarde o temprano, los cristianos de la edad media, la habrían echado abajo.
La vista de noche de la ciudad desde el otro lado del río Guadalquivir
Tuve la impresión de que Córdoba es una ciudad que está infravalorada a nivel turístico, ya que junto a Granada guarda las cicatrices que nos dejaron siete siglos de dominio musulmán. Pero claro, no tiene playa, y por tanto no es un buen sitio para que los guiris se pongan rojos como cangrejos, que es lo que vende.